Los lugares y su correspondiente energía
Cada lugar puede ser visto a través de su energía, que, sin embargo, nunca es definitiva. Todo para que podamos escucharla, tomar consciencia y actuar para nutrirla y cambiar, donde fuera necesario, su polaridad
Arriba, abajo, cerca
La historia narra
Cada lugar es parte de un escenario más grande donde los elementos físicos con sus fuerzas concurren a crear un paisaje con colores, sonidos, aromas y ondas energéticas.
Ondas energéticas invisibles a nuestros ojos pero que actúan sobre los mismos lugares y que cambian ante la presencia de elementos peculiares como, por ejemplo, cursos de agua, fallas geológicas, perturbaciones eléctricas o electromagnéticas, nodos de Hartmann o de Curry.
Cuando un edificio viene atravesado por uno o varios de estos elementos, a nivel energético puede manifestarse un desequilibrio que interfiere con la calidad de vida de los mismos ambientes.
Sin embargo, puesto que la energía se mueve y se transforma, cada lugar puede ser reequilibrado.
La historia narra
Cada lugar tiene su propia historia escrita a través del tiempo.
Cada lugar es testigo de acontecimientos y acciones acaecidas de los cuales conserva las trazas energéticas. Memorias que a veces interfieren con la vida de los que allí viven hoy, a veces incluso de manera muy evidente.
Determinarlas permite no solo reequilibrar la energía, sino que además le concede a sus habitantes comenzar un nuevo camino.
Los lugares cambian destinación de uso y a menudo se pierden las trazas de su historia. Sin embargo, es bastante evidente que si, por ejemplo, un lugar había sido destinado a lugar de sepultura, a nivel energético quedan vestigios de esta función incluso en el presente.
Nuestros antiguos antepasados elegían los lugares donde edificar después de un minucioso análisis de las señales que éstos presentaban y naturalmente colocaban las necrópolis en lugares diferentes y separados, permitiendo así que las distintas energías no colisionaran, sino, por el contrario, ejercitaran plenamente su función.
Cuando entramos en una sala donde se tuvo una reunión jovial y alegre, percibimos un clima plácido mientras que, por el contrario, si entramos en una sala donde hubo una discusión acalorada, percibimos un clima abrumador que parece permanecer incluso después de que las personas se fueron desde hace mucho tiempo.
Esta experiencia que cada uno de nosotros percibe cotidianamente nos ayuda a entender hasta qué punto la energía es mutable. Ser conscientes nos ayuda a entender y cumplir las acciones necesarias para limpiar la energía de los lugares, pero también a entender cómo a lo largo del tiempo pueden crearse estancamientos de energía, hasta la formación de verdaderos bloqueos energéticos.
Las antenas y los campos electromagnéticos
La contaminación medioambiental es un tema actual en el contexto de nuestra vida moderna que nos influencia y actúa sobre nosotros. En particular, un aspecto es el de la presencia de antenas que ya forman parte del paisaje no solamente de las ciudades. Sin embargo, cabe señalar que estos elementos no siempre ejercen un efecto directo sobre nosotros. Por ejemplo, la presencia de una antena cerca del edificio donde vivimos no genera por fuerza un desequilibrio energético a nuestra casa. En tal sentido, es importante someter los lugares a los efectos de verificar hasta qué punto fueron perturbados por la presencia de elementos externos. Evaluar los desequilibrios energéticos ayuda a dirigir mejor nuestras acciones.
Bloques energéticos
Los conflictos que debemos sufrir generan desequilibrios que a veces se resuelven en el mismo momento de la finalización de la discusión o del período de dificultades, otras veces, en cambio, crean bloqueos energéticos que pueden impactar sobre el ambiente o la misma persona.
En este último caso el desequilibrio de la casa o los edificios no es generado por su conformación o función, sino por movimientos emotivos de la persona que allí vive o trabaja. Por ende, hace falta actuar tanto sobre los ambientes como sobre las mismas personas.
Reequilibrio de ambientes
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